Domingo,
8 de
septiembre
23º Domingo del Tiempo Ordinario
«Hace oír a los sordos y hablar a los mudos»
Jesús nos da la libertad verdadera para oír y escuchar y
así alcanzar la herencia eterna.
La curación del sordomudo es todo
un trabajo corporal y espiritual de Jesús. Emplea sus
manos que tocan, su saliva con la
que toca su lengua, su mirada hacia el
cielo, su suspiro, y sus palabras: «effetá». No
solo oír, en sentido corporal,
sino escuchar y hablar. Escuchar la palabra de salvación
de Jesús, y escuchar a los demás y sentir con
ellos, salir del aislamiento y
servir al otro, siguiendo el camino de una verdadera
salvación espiritual. Es el camino de la Iglesia,
que quiere comunicarse con todos
sin acepción de personas y gime con
todos en medio de esta creación.
Liturgia y
comentario
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