Domingo, 8 de
diciembre
Inmaculada Concepción de la
Bienaventurada Virgen María
«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo»
El comienzo de un engaño: podemos
creer que somos dioses y que no
necesitamos de Dios. Esto es profecía de lo que sucederá
en Jesús y en María. Ella, la nueva Eva, con su
pie desnudo pisa la antigua
serpiente que engaña a la humanidad y trata de que
Jesús no sea dado a luz. Jesús, el hijo de María,
es la medida de nuestra
humanidad, el que nos dice lo que somos y hacia dónde
vamos. María está libre de todo pecado desde el
primer momento y por eso prefiere
la humillación antes que dejarse engañar.
Ella es la mujer que espera la salvación para su
pueblo, y la que responde con
humildad. En ella nos miramos y a ella invocamos
en nuestra lucha contra el pecado.
Liturgia y
comentario
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